La madera de chopo español oficialmente reconocida como madera estructural por los comités de normalización
La Asociación Española de Normalización (UNE) y el Comité Europeo de Normalización (CEN) han aprobado recientemente la inclusión de los clones de chopo MC y Luisa Avanzo de procedencia española en la lista de madera aserrada apta para su uso estructural en la edificación. Este reconocimiento, un hito histórico para el sector del chopo, supone que los arquitectos y promotores ya pueden emplear esta madera con todas las garantías de eficiencia y seguridad sin necesidad de realizar pruebas de laboratorio adicionales, y que los productos industriales de madera laminada y contralaminada elaborados con esos clones podrán ser certificados con marcado CE.
Este reconocimiento es fruto de un largo y complejo proceso en el que el proyecto europeo LIFE Wood for Future/Madera para el futuro, liderado por la Universidad de Granada (UGR), ha tenido un protagonismo clave, a través de sus socios y asociados: la Unidad de Investigación de Madera de Andalucía de la UGR (UIMA), la Agrupación de Productores de Chopo de Granada Marjal, la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España (COSE), la Plataforma de Ingeniería de Madera Estructural (Pemade) de la Universidad de Santiago de Compostela, el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa) de la Junta de Andalucía en Granada y el grupo de investigación Construcción con Madera de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM).
Daniel F. Llana, miembro del grupo de investigación Construcción con Madera de la UPM, que dirige el profesor Francisco Arriaga, ha explicado que para lograr la normalización de la madera española de chopo de estas especies se tomaron muestras representativas y se obtuvieron tablas de las seis zonas productoras más importantes de España, dos en la cuenca del Ebro, dos en la del Duero y dos en la del Guadalquivir en Granada, una de ellas del clon Luisa Avanzo, exclusivo de esta zona de Andalucía.
Las tareas de adquisición de la madera, corta, transporte, aserrado y secado de las seis localizaciones en toda España han sido dirigidas por el doctor Francisco Rescalvo, de la UIMA-UGR, con la colaboración de la empresa riojana Bosques y Ríos, Marjal y aserraderos locales en cada zona.
Los ensayos mecánicos de estas tablas fueron realizados por Yaiza Fuentes-García, doctoranda de UIMA-UGR, en las instalaciones de Pemade en Lugo, bajo la dirección del profesor Manuel Guaita, director del grupo de investigación, y con la colaboración del personal de este laboratorio de la Universidad de Santiago.
Fuentes-García, que está realizando su tesis doctoral sobre este tema, ha explicado que el reconocimiento de estos clones de chopo por los organismos español y europeo de normalización supondrá un impulso al empleo de este tipo de madera en la edificación, ya que no será necesario por parte de los arquitectos demostrar las cualidades del material –resistencia a tracción, rigidez y densidad–, siempre y cuando la madera cumpla con las especificaciones asignadas para dicha especie. De esta forma, los profesionales podrían evitar la realización de auditorías en laboratorio, con el consiguiente ahorro de tiempo y dinero.
“Se trata de darle un valor añadido al chopo como madera técnica en forma de viga laminada o madera contralaminada”, ha señalado Fuentes-García, graduada en Ingeniería de Edificación especializada en Rehabilitación Arquitectónica y en Ingeniería Acústica.
El catedrático de la UGR Antolino Gallego, coordinador de LIFE Wood for Future, ha asegurado que este reconocimiento “permite que el sector del chopo entre en mercados de gran crecimiento como la construcción industrializada de baja huella de carbono y alta eficiencia energética”.
“El sello de ‘madera estructural española’ ya lo tenemos y cualquier arquitecto podrá demostrar a sus clientes que el chopo es oficialmente una madera segura para sus edificios. Ahora lo que falta es tener una industria que transforme la madera en productos estructurales. Estamos en ello”, ha recordado, en alusión a la creación de la spinoff IberoLam Timber&Technology, germen de la primera industria de madera estructural del sur de España.
“Los granadinos, junto con nuestros socios y asociados del proyecto LIFE, debemos estar orgullosos por haber provocado este reconocimiento no solo en Andalucía sino en el conjunto del Estado”, ha resaltado.
Alberto de la Torre, arquitecto y secretario de la Agrupación de Productores Marjal Chopo, se ha mostrado convencido de que, ante la creciente demanda de la construcción en madera de los últimos años, esta normalización “producirá un aumento en la prescripción de uso de madera estructural de chopo en los edificios por parte de un mayor número de arquitectos”.
De la Torre confía en que la normalización de MC y Luisa Avanzo fomente el desarrollo de este cultivo arraigado en la provincia de Granada que captura CO2 de la atmósfera, crea islas de biodiversidad en zonas agrícolas y combate la despoblación a través de la creación de empleo verde en los trabajos selvícolas.
La gerente de la organización de selvicultores COSE, Patricia Gómez, ha recordado que, hasta ahora, la madera de chopo era fundamentalmente empleada en la industria del desenrollo para fabricar tableros contrachapados, embalajes o palés, mientras que su uso estructural era “prácticamente inexistente en España, debido a la falta de normativa de clasificación en clases resistentes”.
“La normalización llega justo en un momento en el que nos estamos organizando y profesionalizando como productores para ofrecer a la industria una madera de alta calidad y colocar a España como ejemplo de buena gestión de bosques y plantaciones sostenibles”, se ha felicitado Gómez.
Sobre la normalización
La Asociación de Normalización Española (UNE) es el organismo designado por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad como representante español en los organismos internacionales ISO/IEC y en los europeos CEN/CENELEC, así como el organismo nacional de normalización de ETSI.
El comité español de la UNE ha aprobado una calidad visual MEF a través de la norma española de ‘Clasificación visual de la madera aserrada para uso estructural. Madera de frondosas’ (UNE 56546-2024), mientras el comité europeo ‘Timber Structures. Solid Timber. TG1 Task Group for Grading and Strength Properties’ (CEN/TC124/WG2/TG1) ha aprobado la asignación de la clase resistente T10 (EN1912).