Hay que elegir entre la plantación a raíz superficial o la plantación a raíz profunda. Con la plantación superficial los árboles necesitan un sistema de riego para su correcto desarrollo. Con la plantación profunda la base de las plantas alcanzan el nivel freático en la época de máximo estiaje y se asegura la disponibilidad de agua durante todo el período vegetativo.
Lo mejor es optar por la plantación profunda siempre que la capa freática en la época de estiaje se encuentre a una profundidad alcanzable por una máquina retroexcavadora. Se elegirá la plantación superficial cuando no sea posible alcanzar la capa freática y se disponga de un sistema de riego seguro.
En el caso de plantación superficial, el terreno debe estar nivelado previamente con mayor precisión para asegurar la correcta circulación de agua por la parcela. También es importante realizar una labor profunda con subsolador, para romper los horizontes profundos e incrementar el suelo disponible para los sistemas radicales. El ahoyado se puede realizar con retroexcavadora o con barrena helicoidal, con una profundidad de 80 cm como mínimo, siendo menos recomendable la barrena cuando haya abundancia de gravas o el suelo tenga un alto contenido relativo de arcilla, pues se favorece la compactación de la pared del hoyo. La plantación puede ser simultánea o posterior a la apertura de los hoyos. En el tapado de éstos, hay que pisar la tierra para evitar que queden bolsas de aire.
En la plantación profunda se utiliza una retroexcavadora de tamaño y potencia suficientes, dependiendo de la profundidad que se precise. El hoyo se abre con el cazo de la máquina y se coloca la planta, tapando el hoyo con la tierra que se extrae de la apertura del hoyo siguiente, reduciendo así el tiempo y los costes de la plantación. Una vez finalizada la plantación, es conveniente pasar una grada para que el terreno quede nivelado.
Aviverado de las plantas
Plantación a raíz profunda
Época de plantación
La plantación debe realizarse siempre fuera del periodo vegetativo, ya que se trata de plantas a raíz desnuda o sin raíz que tienen que soportar el arranque, el transporte, el aviverado y la plantación. Se recomienda no plantar en tiempo de heladas, pues en ellos es difícil apisonar bien la tierra en el hoyo de plantación, lo que puede impedir el correcto desarrollo de los futuros sistemas radicales. Los periodos más recomendables para plantar son la segunda mitad del otoño (mediados de noviembre a mediados de diciembre) o a finales del invierno (febrero o marzo).
Espaciamiento y marco de plantación
El espaciamiento es el espacio que queda entre los chopos plantados. Se hace corresponder con el marco, que es la distancia entre los chopos de una plantación. El espaciamiento influye en las dimensiones que alcanzan los chopos en el momento del aprovechamiento; cuanto más juntos estén los chopos, más madera se obtendrá cuando se corten, pero los árboles tendrán un diámetro más pequeño y, en el conjunto de la parcela, su valor será menor.
Normalmente se utilizan marcos regulares, que son los que mantienen una misma distancia entre dos chopos consecutivos de la misma fila y un chopo de una fila con el de la fila adyacente, formando un cuadrado. En general, en Castilla y León, el marco de plantación más apropiado es el de 6×6 metros, que equivale a plantar 278 pies por hectárea. Con este marco se obtienen chopos de las dimensiones requeridas por la industria de transformación.
Cuando se desea realizar cultivos intercalares durante los primeros años de una chopera, a veces se usan marcos rectangulares, en los que una de las distancias entre los chopos es mayor que la otra. Con ello se busca que la chopera tarde más tiempo en alcanzar la tangencia de las copas, permitiendo prolongar el número de años en los que se puede compatibilizar el cultivo de chopos con cultivos agrícolas. En este caso, se utilizan marcos de plantación de 4×10 metros (250 pies por hectárea), 5×8 metros (250 pies por hectárea) e incluso hasta 6×10 metros (167 pies por hectárea).